CAPITAL LOCAL CON FINALIDAD
SOCIAL
Proyectos piloto con arreglo al
artículo 6 del FSE
Contexto
La reforma preconizada por la Agenda
2000 sitúa el empleo y la cohesión social entre las principales prioridades de la
acción estructural comunitaria. Este debate sobre las intervenciones futuras se anuncia
en un momento en que por todas partes surgen diagnósticos y propuestas que invitan a
actuar de forma mucho más decidida contra el desempleo, a fin de que las
cosas no sigan su curso natural. Estos nuevos llamamientos se basan en las
experiencias europeas de los últimos años, que introducen cambios importantes en la
aplicación de las políticas de fomento del empleo. Desde la publicación del Libro
blanco "Crecimiento, Competitividad y Empleo" y las recomendaciones del Consejo
de Essen hasta el lanzamiento de los "Pactos territoriales para el empleo", la
preocupación de las autoridades nacionales y comunitarias es garantizar al mismo tiempo
un nivel elevado de inversión y una mayor rentabilidad de los gastos destinados a las
políticas activas del mercado de trabajo.
En este contexto, el artículo 6 del
FSE tiene por objeto mejorar las capacidades de diseñar, experimentar y evaluar acciones
destinadas a fomentar el espíritu de innovación en los métodos y el contenido de las
medidas activas en favor del empleo y de la integración social. Para los próximos años,
el artículo 6 tratará de asumir plenamente su vocación de instrumento catalizador
experimentando a escala regional y local la acción piloto "Capital local con
finalidad social". Las conclusiones a las que se llegue con dicha
experimentación servirán de base para poner en marcha unas aplicaciones más amplias,
con arreglo al nuevo Objetivo 3 de los Fondos Estructurales y, más concretamente, al
artículo 4 del Reglamento FSE propuesto por la Comisión.
Objetivo y definición del ámbito de
la experimentación
Por "Capital local con finalidad
social" debe entenderse la organización intermediaria que opere a escala
regional o local destinada a ayudar a las personas que compartan sus medios con
vistas a poner en práctica microproyectos que fomenten el empleo y la cohesión social.
Para comprender mejor la lógica y el objetivo de la operación, cabe señalar dos
aspectos:
La idea central es diseñar y crear
una estructura próxima a la experiencia de las personas que tratan de poner en práctica
microproyectos. Las comunidades locales no deberían ser tratadas como destinatarios
pasivos de las subvenciones, sino como agentes autónomos que participarán activamente en
la red local creada por la organización intermediaria.
El segundo elemento que ha de tenerse
en cuenta es considerar la estructura intermediaria como un instrumento real de
reintegración social de los grupos de población más desfavorecidos del territorio en el
que se ponga en práctica la acción piloto. Por consiguiente, el papel del "Capital
local con finalidad social" es buscar las vías que permitan influir en su
entorno socioeconómico con vistas a desarrollar nuevas aspiraciones y a explorar las
ideas ejemplares, con objeto de transformarlas en proyectos que tengan una incidencia en
el empleo y en la cohesión social.
Movidas por los valores de
ciudadanía y de solidaridad económica y social, las organizaciones intermediarias
actuarán a partir del principio básico consistente en movilizar las potencialidades
endógenas para buscar "respuestas locales a las necesidades locales". Estas
experiencias, que han de estar presididas por el sentido común económico y social, son
muy prometedoras por las siguientes razones:
* movilizan a un potencial humano que
está suficientemente cerca de la realidad para conocer las bazas y las debilidades
locales;
* fomentan la creatividad local,
puesto que se apoyan en los talentos y en los recursos existentes o potenciales a escala
de un territorio.
Sin pretender afirmar que estas
iniciativas sean una solución milagrosa para los problemas del desempleo, cabe llegar a
la conclusión de que proporcionarán una base para la reflexión, con vistas a adoptar
dispositivos más favorables al empleo y a la cohesión social.
Ahora bien, actualmente existen dos
dificultades importantes que obstaculizan cualquier intento en este ámbito. La primera se
refiere a la inexistencia de estructuras de proximidad capaces de prestar una ayuda, a la
medida, que se base al mismo tiempo en la participación de los usuarios y en la calidad
de la ayuda en logística y en asesoramiento.
La segunda se refiere a los
obstáculos de acceso a la financiación, ya sea en la fase de elaboración/puesta en
marcha de un proyecto, ya sea en la fase de desarrollo posterior.
Es preciso reconocer que las
experiencias del FSE de los últimos años confirman esta observación de carácter
general. En efecto, numerosos factores frenan el acceso de los agentes locales a los
programas cofinanciados por el FSE. Entre dichos factores cabe destacar en particular los
siguientes:
* la complejidad de los
procedimientos administrativos, cuya dificultad y duración desalientan a las personas o a
las asociaciones más débiles. Lo mismo cabe decir respecto de la exigencia de
cofinanciación o de los retrasos en los pagos de las subvenciones;
* el funcionamiento incorrecto del
sistema de seguimiento, cuyos mecanismos mal adaptados a las necesidades especiales
de los promotores de microproyectos son más favorables a los grandes organismos,
que disponen de los medios necesarios para realizar unas tareas que, en este ámbito, son
difíciles y exigen mucho tiempo.
Para
salvar estos obstáculos, es fundamental crear unos dispositivos flexibles que, día a
día, puedan prestar una ayuda a los diseñadores de proyectos que fomenten la actividad
empresarial económica y social.
Por esa razón la gestión de la
acción "Capital local con finalidad social", se encomendará a unas estructuras intermediarias
compuestas por organizaciones con fines no lucrativos. El acceso a los servicios de la
estructura intermediaria estará reservado, ya sea a los desempleados y a las personas en
situación de exclusión, ya sea a las pequeñas asociaciones/comunidades locales, cuya
actividad consistirá en fomentar la integración socioeconómica de la población
desfavorecida. Los promotores de los microproyectos recibirán tres tipos de ayuda:
* un seguimiento activo en el que
participarán los promotores en todas las fases de los proyectos, desde el diseño hasta
la aplicación y la evaluación concreta de las actividades;
* una asistencia de calidad, en
asesoramiento técnico y en logística, cuyo objetivo será ayudar a las comunidades más
débiles a que lleguen a ser capaces de realizar por sí mismas las tareas de animación y
de gestión de los proyectos;
* una ayuda financiera cuyo importe
máximo por proyecto individual será de 10 000 ecus. En casos excepcionales debidamente
justificados, dicha ayuda podría ascender a un máximo de 20 000 ecus.
Dentro de este contexto, las organizaciones intermedias deberán tener:
a) proximidad con el terreno para crear un polo de
atracción de las iniciativas que surjan;
b) capacidad profesional para crear un circuito
financiero transparente, adaptado a las necesidades de los promotores de proyectos, y un
sistema de selección y de seguimiento que conlleve la participación activa de cualquier
persona que se beneficie de la ayuda de la estructura intermediaria;
c) experiencia y competencia en recursos humanos para fomentar las iniciativas y para ayudar a las comunidades de los agentes locales a transformar sus ideas en proyectos operativos.
Tipo de actividades que se financiarán
Las actividades que podrán ser
financiadas por el "Capital local con finalidad social" son
extremadamente variadas. A título explicativo, pueden clasificarse en tres grandes
categorías, cuyo denominador común es el deseo de fomentar el empleo y la cohesión
social:
a) Proyectos
que tengan como objetivo restablecer la cohesión social fomentando las acciones
cooperativas y solidarias.
b) Proyectos
cuyo objetivo sea reforzar las redes territoriales y las agrupaciones formales o
informales que traten de facilitar la integración profesional de las personas que se
hallen en situación de exclusión.
c) Proyectos cuyo objetivo inmediato es prestar ayuda para la puesta en marcha
de microempresas y de cooperativas.
Control y Seguimiento de la acción
El control de la acción piloto desde la selección de las estructuras hasta el seguimiento y la evaluación de los resultados se realizará en estrecha cooperación con los Estados miembros Además, teniendo en cuenta las condiciones específicas y las tradiciones de las diversas regiones de la Unión, las organizaciones intermedias se comprometerán a crear una estructura formal de asociación con las administraciones regionales/locales competentes en este ámbito, cuyas funciones son las de asegurar la cooperación entre las estructuras intermediarias y los servicios públicos competentes en la región o en el territorio; controlar el funcionamiento del dispositivo creado y elaborar informes sobre el desarrollo de la actividad.